Vivienda: el video de la mujer que le habla al gobernador ya lleva más de 83 mil reproducciones
Ella tenía la esperanza y la ilusión de que esta Navidad sí le iban a entregar la vivienda que espera, desde 2011, cuando se inscribió en los planes sociales del Estado Provincial. Acompañó la construcción de la casa prometida desde el primer día, cuando el barrio era solo monte. Por eso cuando esta semana advirtió que el lugar que había abrazado todo este tiempo se lo habían entregado a otra familia, se sintió derrumbada y la impotencia la invadió.
A Susana Esther Franco no le salió otra forma para dirigirse al gobernador Alberto Rodríguez Saá y transmitirle la tristeza que sentía: en la puerta del hogar que ya nunca tendrá le grabó un video que en un día vieron más de 83 mil personas en las redes sociales.
Le perdura la angustia y cree que está viviendo una pesadilla. “No tengo miedo, porque dije la verdad y tampoco tengo por qué arrepentirme. Es lo que sentí hacer en ese momento, tenía que expresarlo porque es una injusticia. Estoy angustiada porque nos dijeron que esto iba a ser nuestro y después nos lo quitaron. Ahora no tenemos nada”, le contó Susana a elchorrillero.com en una entrevista exclusiva.
En la puerta de la casa que quería disfrutar en Nochebuena, la mujer contó las sensaciones que todavía la invaden. Tiene recuerdos y muchos comprobantes. Guarda envuelto en un plástico transparente el certificado que le dieron cuando la preadjudicaron y también una credencial que la identificaba los días de visita que organizaba el Ministerio de la Vivienda. Las boletas de sus cuotas pagadas al día, los planos de ubicación de la casa que le otorgarían y hasta las fotos que tomaron en cada visita a la construcción.
“La casa estaba lista para entregar en diciembre del año pasado, pero nunca salimos a reclamar, siempre esperamos que llegara el momento. Primero nos dijeron que la entrega pasaba para febrero porque no se habían terminado otras casas y después para mayo. Siempre creímos, no imaginamos que íbamos a vivir esto. Era un sueño y se convirtió en una pesadilla”, dijo.
A Susana también la invade la incertidumbre, primero porque no tiene la explicación formal de por qué nunca la incluyeron en los listados siendo ya una legítima adjudicataria, y porque tampoco tiene certezas de que en algún momento les llegue el turno de recibir la ansiada casa social.
El mismo día que Rodríguez Saá entregó viviendas en Villa Mercedes, Susana, que había concurrido al barrio para reclamar y solicitar el apoyo de otras familias, sintió el impulso de ponerse frente a la cámara de un celular.
“No culpo a la familia, pero esto quiere ver señor gobernador, las lágrimas de los que nos quedamos sin casa. Tengo mis cuotas al día, todos los requisitos que pidió en su momento, y ahora estoy llorando porque esto le pertenece a otro. ¿Sabe cómo me siento? una basura, que no valgo nada. Usted me hace sentir eso. San Luis era progreso, una de las mejores provincias de la Argentina. Usted nos ha sacado nuestro sueño”, dijo Susana en un video publicado en Facebook.
“No sé si fue la mejor manera, pero fue la forma que sentí, y muchas personas me agradecieron que me haya animado, porque muchos no se animan, tienen miedo. Tal vez en otra situación no lo habría hecho, pero estaba angustiada. Es la primera vez que lo hago”, explicó sobre el video.
Dijo que le duele que el motivo de todo esto se deba, como en otros casos denunciados por preadjudicatarios, a que no es nativa de San Luis. “Nosotros votamos al gobernador Rodríguez Saá en su momento, y en noviembre de 2011 nos inscribimos presentando los requisitos solicitados. Hace más de 10 años que vivo acá, no entiendo por qué no puedo tener una casa en el lugar que elegimos para vivir. Soy parte de la provincia de San Luis”, agregó la mujer nacida en Buenos Aires.
En medio de la tristeza, la mujer espera que llegue una respuesta: “Que me den una solución. Puedo entender que otra vez no me tocó a mí, pero que me digan, y también a toda la gente que está en la misma situación, qué día nos entregarán una casa. Nuestra realidad es que estábamos en un listado y ahora nos sacaron”.
“No sé cómo va a terminar esto, pero pido que revean estos casos para que tengamos una solución. No pretendo que desalojen a la gente, porque ellos no tienen la culpa. Sí deben solucionar este problema no solo a mí, sino a un montón de familias”, agregó.
Susana es una empleada doméstica, está casada y tiene tres hijos. Alquila una casa humilde sobre calle Corrientes, en frente del Club Colegiales, que debe entregar antes de fin de año. Allí el jueves por la tarde recibió a un equipo de elchorrillero.com. El comedor, que tiene un árbol de Navidad cargado de sueños, se convirtió en el punto de reunión para las familias que viven la misma exclusión y que ahora encabezan los reclamos en esa ciudad.